Cuando una empresa crece, lo normal es que se produzca un momento en el que los socios deben decidir si mantener tal cual la estrategia y la estructura como hasta ese momento o dar un paso adelante y hacerse mayores. Es en este último caso donde una de las posibilidades a barajar es la salida a Bolsa, opción que acaban por tomar decenas de empresas cada año con resultados de todo tipo. A continuación, te presentamos algunas claves para tener éxito en los mercados de renta variable.

Según la legislación española, cualquier compañía que quiera cotizar en Bolsa debe cumplir con dos requisitos fundamentales:

  • Poseer un capital mínimo para que el valor de una empresa cotice en la Bolsa de 1.200.000 euros y estar repartido entre los accionistas, de los cuales ninguno debe poseer más de un 25% del capital social.
  • Elaborar toda una serie de documentos acreditativos: Estatutos, acuerdos sociales de emisión, y poderes vigentes del firmante del folleto.

La decisión final de poder formar parte del parqué la tiene el organismo regulador, en este caso la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) que aprueba o rechaza, según el caso, la viabilidad de acudir al parqué y realizar una oferta pública de venta (OPV), proceso mediante el cual la compañía adhiere nuevos accionistas a su accionariado.

Pez grande, pez pequeño

La mayoría de las grandes economías han desarrollado mercados alternativos de renta variable para que pymes y empresas de capitalización reducida puedan acudir al parqué. En Francia, por ejemplo, Alternext cuenta ya con una terna cercana a las 300 pymes cotizadas; en Reino Unido, el Alternative Investment Market (AIM) cuenta con una cartera de alrededor de 1.200.

En España, existe desde hace casi seis años el Mercado Alternativo Bursátil, alternativa para que las pymes encuentren financiación. Para entrar en el MAB hay que ser sociedad anónima, con el capital social totalmente desembolsado y representado en anotaciones en cuenta, con libre transmisibilidad de acciones y que estén comercializando productos o servicios.

Por qué las pymes salen a Bolsa

A pesar de las palabras que nos puedan expresas los consejeros delegados o las frases impolutas que se leen en los folletos informativos, no hay que engañarse, y la práctica totalidad de entidades que deciden cotizar en Bolsa lo hacen por uno de estos cuatro motivos:

  • No obtienen el suficiente crédito bancario para acometer sus inversiones
  • El capital riesgo también parece sumamente escéptico y no presta dinero
  • Falta de éxito en la consecución de los objetivos marcados en el plan de negocio
  • Cierto fracaso en los road shows o rondas de búsqueda de inversores

Aparte de estos motivos más o menos interesados para acudir a los mercados de renta variable, es cierto que muchas entidades se marcan ambiciosos retos, que pueden marcar de manera muy relevante el devenir para los próximos años:

  • Mejorar la imagen de marca
  • Obtener liquidez para tener éxito en la internacionalización de la compañía
  • Financiar proyectos relacionados con la I+D+i
  • Publicitar el prestigio y las actividades de la empresa

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