Cuando la Vicepresidenta Sáenz de Santamaría auguró en su presentación que esta reforma laboral marcaría “un antes y un después en la legislación laboral” parece que no se equivocaba. No en vano, sus drásticas medidas para cambiar el actual mercado de trabajo se comparan ya con lo que en su momento llevó a cabo Margaret Thatcher, y que estuvo a punto de costarle el puesto hace casi tres décadas.
Clarificar las causas del despido y máxima agilización a la hora de contratar o ‘liberar’ peso salarial dentro de una compañía. Dos de las claves de la reforma laboral que se ha convertido en el primer gran hito del nuevo Ejecutivo de Mariano Rajoy, que parece haberlo cuidado hasta el mínimo detalle, aún a pesar de las continuas provocaciones de sindicatos, oposición y otros colectivos.
Un nuevo panorama del mercado de trabajo que puede definirse en seis principios fundamentales, que son los fundamentos básicos para comprender cómo será la relación entre empresas y empleados a lo largo de los próximos años:
Temporalidad
En los últimos diez años, uno de cada tres empleos que se han creado en España ha tenido un carácter temporal, alrededor del doble de lo que sucede en la Unión Europea. Una tasa que se eleva por encima del 50% entre los jóvenes de 15 a 24 años. Para luchar contra esto, a partir del próximo 1 de enero el Gobierno recupera el límite de dos años para el encadenamiento de contratos temporales, que había sido suspendido por el Gobierno anterior.
Despido
Es el punto que más parece haber enervado a los sindicatos, obsesionados en mantener la parálisis de contratos inasumibles para las empresas y evitar la dinamización del mercado laboral. Se rebaja la indemnización por despido improcedente de los contratos indefinidos, que pasa de 45 días por año trabajado con máximo de 42 mensualidades a 33 días por año hasta 24 mensualidades. Además, se invierte el sistema de prueba de la procedencia del despido. Ahora, será el trabajador el que tenga que demostrar que su despido ha sido improcedente.
Expedientes de regulación de empleo (EREs)
A partir de ahora, sólo será necesaria la autorización judicial para poder llevar a cabo un ERE. Hasta este momento, se requería el beneplácito previo de la Consejería de Empleo de la Comunidad Autónoma correspondiente, ralentizando enormemente su convocatoria.
Fomento de la contratación indefinida
Uno de los grandes tabúes para UGT y CCOO, que no están citando que con la nueva reforma laboral se introducen bonificaciones a la contratación indefinida, de hasta 3.600 euros durante tres años para quien emplee a jóvenes de entre 16 y 30 años, y de 4.500 euros para parados de larga duración mayores de 45 años.
Formación
Será uno de los puntos fuertes del nuevo texto de trabajo, que procurará la actualización constante de las habilidades de los profesionales. Desde ahora, se reconoce el derecho de todos los trabajadores a 20 horas de formación pagada por el empresario y se crea una cuenta de formación, análoga a la vida laboral que elabora la Seguridad Social, que recopilará toda la formación recibida por el trabajador.
Contrato indefinido para pymes
Como prometió Rajoy, las pequeñas empresas y los autónomos serán especialmente promocionados en la nueva legislación laboral, mediante la inclusión de medidas para impulsar la contratación de jóvenes menores de 30 años en pymes (empresas con menos de 50 empleados). Tendrán un periodo de prueba de un año, cuando hasta ahora el límite máximo era seis meses en el caso de titulados superiores. Mientras, los empresarios podrán deducirse de forma progresiva 3.000 euros por el primer trabajador que contraten siempre que sea menor de 30 años. Además, el empleado podrá seguir cobrando el 25% de su prestación por desempleo durante el primer año.