Más del 80% de las start-ups que se ponen en marcha en España no logran cumplir su primer año de vida. Una mala planificación, discrepancias entre los socios, falta de acceso a la financiación o la polivalencia de las empresas rivales son algunas de las causas principales para explicar la quiebra de estas compañías, por mucho entusiasmo y trabajo que inviertan sus hacedores. Además, la actual coyuntura obliga a ser aún más conservador y vigilar elementos tan decisivos como el cash-flow para lograr que la liquidez de nuestra compañía nos garantice el pago a los proveedores y, en definitiva, la viabilidad de la empresa.

Según un estudio de la Confederación Española de Jóvenes Empresarios, alrededor del 70% de los emprendedores que han solicitado créditos para sus empresas en los últimos meses han obtenido un ‘no’ por respuesta. Una situación desesperante que supone en muchos casos el fin de la aventura empresarial para muchos, a pesar de contar con ideas y proyectos solventes. Algo que podría solucionarse en el caso de analizar cuidadosamente la viabilidad financiera de su pyme, pero que no resulta fácil, ya que compaginar las exigencias profesionales con la contabilidad a menudo es difícilmente asumible ante la escasez de tiempo y recursos.

¿Cash-flow? ¿Pero qué es eso?

Cuando hablamos de cash-flow no nos estamos refiriendo a otro complejo e indescifrable término económico anglosajón propio de eruditos economistas. Si lo castellanizamos se denomina ‘flujo de caja’, es decir, el total de todo el dinero en efectivo con el que cuenta tu negocio, más los depósitos bancarios, los cheques y todo lo que pueda ser fácilmente transformado en dinero. La teoría apunta, además, que el cash-flow es la suma del beneficio neto más la amortización de la compañía.

Engorda tu circulante

Seguro que estás harto de escuchar por televisión noticias sobre inmobiliarias que cierran, sobre el crecimiento del desempleo o sobre el aumento de la morosidad bancaria. El mundo empresarial está viendo cómo cientos de entidades del tejido productivo quiebran ante la imposibilidad de hacer frente al pago de los gastos en los que han incurrido. Y es que cuando los negocios llevan poco tiempo en marcha es fácil que cualquier cambio de viento pueda suponer un huracán que llegue incluso a hundir a la compañía a las primeras de cambio.

Parece de Perogrullo, pero si los bancos siguen siendo tan selectivos a la hora de dar créditos, lo más adecuado que podemos hacer es aprender a gestionar mejor nuestros recursos. Es decir, ser más eficientes en la administración de los stocks, prescindir de grandes apalancamientos e intentar, en definitiva, generar la mayor tesorería posible. Sobre otras premisas como sacar adelante nuestros planes de negocio o lograr cumplir con los plazos que nos hemos marcado, conviene tener un gran objetivo siempre presente: el dinero en efectivo es el rey. Para lograrlo, muchos expertos proponen una receta sencilla, que nos es otra que intentar dirigir todas las operaciones financieras como si estuviéramos dirigiendo una gran multinacional.

Realizar planes de negocios, hacerte planificaciones de gasto a corto y medio plazo, perseguir a tus acreedores y refinanciar tus pagos,… Toda idea es válida para aumentar la liquidez de tu compañía, porque, en un momento como el actual cada proyecto, idea o inversión que llevemos a cabo no puede comprometer nuestro flujo de caja. Obtener financiación será más difícil, pero siempre que nuestro negocio sea viable, y no busque utópicos objetivos a largo plazo, sino realistas y de aquí a los próximos seis meses, habrá entidades financieras dispuestas a ofrecernos dinero prestado.

Sé comedido, austero y cauteloso. Una coyuntura de crisis puede ser muy exigente y difícil, pero también es una gran oportunidad para tu negocio, puesto que muchos de tus competidores desaparecerán, y, si has sabido tomar sabiamente tus decisiones, podrás obtener suculentos beneficios cuando vengan tiempos mejores.

Benjamin Franklin: “Si quieres saber el valor del dinero, trata de conseguirlo prestado”.


También puede interesarte:

  1. 8 razones para crear una pyme biotecnológica
  2. Utilidades de la nueva Directiva de Servicios
  3. Alegato a favor de ser emprendedor