Euterpe, musa de la música según la mitología griega, se levantó temprano ayer. A las diez en punto llegó a la Facultade de Económicas y no se movió de allí en toda la mañana. Tenía mucho trabajo: inspirar a 15 jóvenes emprendedores que participaban en un taller de generación de ideas a través de la música. Delegó parte de su trabajo, sin embargo, en Eugenia, Carmen y Nastasia, que ejercieron como musas durante la actividad organizada por el Aula de Jóvenes Emprendedores.

Primera premisa de la mañana: no desvalorizar las ideas que surgen. Ninguna de ellas, por absurda que pueda parecer. A partir de ahí, llega el momento de conectar con uno mismo, sentir las más diversas emociones y crear, sobre todo crear.

«Cuando hacen una canción, lo que sale es su más profundo ser. Cuando monto un negocio, lo que sale es también mi más profundo ser», aclaraba Eugenia. Así que los participantes cerraron los ojos y escucharon un primer bloque de canciones, pensado para conectar con uno mismo. Ritmos lentos que inducían a la relajación a «vaciarse, fluir, dejarnos ir». Una vez conectado el hemisferio izquierdo del cerebro, el más analítico, con el derecho, el más emocional, el simbólico, la mayoría de los participantes comenzaron a tener ideas que se podían plasmar en su negocio.

Llegó entonces el momento de pararse en ritmos que permitían dejar a un lado la energía negativa, «lo que nos bloquea» para ser creativos. Se sucedieron canciones que bajo el epígrafe «positivismo» sacaron una sonrisa a los presentes. Y finalmente, la «motivación», esas sinfonías que transmiten ganas de comerse el mundo.

La música sirvió como una «herramienta» para salir de la tendencia mayoritaria, la de «una sociedad que nos lleva a vivir en los gris, vivir en el esquema de una fábrica, en el que el ser humano sirve para aportar fuerza de trabajo», según las palabras de Carmen. Ahora bien, aunque inducen un estado emocional, hay que tener claro que hay una gran diferencia entre la fantasía y la imaginación. «La imaginación permite comprender de donde partimos». La fantasía, sin embargo, «es un maquillaje que enmascara la realidad, nos saca de la comprensión».

Eso sí. Los ejemplos con los que Euterpe sacudió las conciencias de los presentes son solo eso, ejemplos. «Cada uno tiene que investigar para ver qué les hace vibrar», qué les impulsa a salir al mundo.

Artículo publicado en La Voz de Galicia