Puede parecer una contradicción, pero poner en marcha en la actualidad una tienda en internet puede ser aún más complicado que lo que resultaba hace unos años. La competencia global, la necesidad de cuidar hasta el exceso tu marca y tu producto, y la obligación de innovar y evolucionar de modo constante hacen de los primeros meses de existencia de tu empresa quizá los más decisivos. Averigua por qué.

La Red ofrece para los emprendedores un entorno ideal en el que promocionar nuestro negocio, y más al tener muy presente que con ello accedemos a una audiencia global que, en muchos casos, está deseosa de probar experiencias nuevas mediante un simple click.

Sin embargo, la corta historia de Internet ha dejado ya un reguero de empresas que no supieron sobrevivir a su primer año de vida, por causas muy diversas y, con frecuencia, subsanables. El gran problema suele radicar en la dificultad en conseguir los primeros clientes, o, lo que es lo mismo, la falta de capacidad de la compañía en darse a conocer.

Tradición y modernidad

Por paradójico que parezca, en muchas ocasiones la manera más adecuada de captar potenciales clientes online es a través de métodos comerciales tradicionales, que por haber sobrevivido tanto tiempo, quizá son una garantía de éxito que no debemos obviar.

Uno de los ejemplos más pragmáticos puede ser el de la ‘puerta fría’. Este sistema es tan sencillo como eficaz: visitar a empresas potenciales susceptibles de ser clientes y presentar directamente a los responsables de compras nuestros servicios. Otra idea puede consistir perfectamente en la publicidad vía el boca a boca con gente que ya te conozca y sepa cómo trabajas.

Sé prudente y objetivo

Antes de creer que la calidad de lo que ofreces marca la diferencia respecto de tu competencia, sé conservador y valora que la diferencia muchas veces la marca el conocimiento en sí mismo. Por ello, conviene que cree lista de clientes reales, posibles clientes y potenciales clientes, según su grado de fidelidad hacia ti en el futuro. Sólo siendo realista en este punto puede que tus planes de negocio en el medio y largo plazo acaben por cumplirse.

Ten presente que lo más frecuente cuando pones en marcha un negocio es que los primeros que compren sean tus familiares y amigos, seguidos de las relaciones profesionales que hiciste en el pasado y que confían en la calidad de los productos y servicios que ofreces. A pesar de ello, debes cuidar muy bien los primeros mensajes a transmitir ya que posiblemente condicionen a futuro la imagen que tendrán de ti tus clientes y la propia competencia.

Otra recomendación es que tengas muy presente la inversión previa a la hora de poner en marcha la tienda y la diferencia entre que un cliente compre algo y el tiempo que tú tardas en recibir efectivamente el cobro. Hay veces en que la falta de tesorería puede acabar llevándote a acarrear deudas difícilmente asumibles.

Como siempre te recomendamos en estos casos, ten mucho cuidado a la hora de conseguir un crecimiento desorbitado en poco tiempo. Muchos negocios mueren del éxito, al no poder absorber las demandas de los clientes que reciben y colapsarse. Para ello, te ofrecemos estos sencillos consejos con los que confiamos en que alcances la independencia financiera a la que tanto ansias llegar:

  • Inspira confianza y generar la mayor tranquilidad posible a tus clientes
  • Dota a tu web de un diseño accesible, con facilidades de compra
  • Especifica bien los sistemas de protección contra el fraude
  • Crea bases de datos de calidad y muy segmentadas
  • Aporta con una dirección física que de más tranquilidad al cliente
  • Crea promociones y actualizaciones continuas en la página (descuentos, ofertas 2×1)
  • Establece sistemas de comunicación con los clientes (foros, formularios de contacto, chat…)

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