Uno de los ‘niños bonitos’ de la tierra de las oportunidades, y a la sazón gurú motivacional e inspirador para las hornadas más recientes de universidades como Columbia o Stanford, dijo hace algunos años que “el fracaso derrota a los perdedores e inspira a los ganadores”. Una máxima que parecen haber adoptado muchas asociaciones de emprendedores tras la reforma laboral recientemente aprobada por el Gobierno y que incita más que nunca en la historia de España la aventura empresarial, sobre todo entre jóvenes y desempleados.

En una vuelta de tuerca bastante ambiciosa para volver a reactivar la economía española, la reforma laboral, definida por el Real Decreto Ley/2012, se ha fijado en las pequeñas empresas como los ejes principales para crear empleo y calentar de nuevo la demanda interna. No en vano, la suma de pymes y micropymes representa alrededor del 98% del tejido empresarial nacional, y, según la Federación de Autónomos ATA, suponen el 48% de la ocupación en España.

Teniendo como base el fomento en la creación de empresas y el empleo, el Gobierno ha ‘tocado’ de lleno a las empresas más pequeñas, quienes parecen haber sido las elegidas para convertirse en las heroínas de una crisis que cumple su quinto año de vida. Entre algunas de sus medidas principales, la reforma laboral implicará para las pymes lo siguiente:

  • Capitalización. Jóvenes de hasta 30 años y mujeres de hasta 35 en desempleo y que quieran montar un negocio podrán solicitar el 100% de su prestación en una única paga. El único requisito será darse de alta como trabajadores autónomos.
  • Contrato indefinido. Las empresas con menos de 50 trabajadores tendrán opción a emplear de prueba a nuevos trabajadores durante un año –frente a los seis meses actuales-, pudiendo prescindir de ellos sin coste y sin previo aviso durante dicho periodo. Además, si el empleado tiene menos de 30 años, la empresa tendrá un deducción fiscal de 3.000 euros.
  • Oportunidad a parados. Todo aquel emprendedor que contrate a un trabajador en situación de desempleo tendrá derecho a una deducción del 50% de la prestación que haya recibido el empleado durante un año. De forma voluntaria, el parado podrá compatibilizar su salario con el 25% de la prestación por desempleo.
  • Empleo a colectivos sensibles. La empresa que contrate jóvenes de entre 16 y 30 años podrá beneficiarse durante tres ejercicios de 3.600 euros de bonificación de la Seguridad Social. De igual manera, si el contratado es un parado mayor de 45 años, la bonificación será de 4.500 euros.

A pesar del optimismo con el que los emprendedores han acogido estas medidas, desde entidades como AJE o ATA reclaman para el futuro otras nuevas que definitivamente ayuden a aquellas personas con iniciativa empresarial a poner en marcha su negocio.

Entre ellas se encuentran la mayor fluidez en el crédito bancario, la reformulación de los contratos a tiempo parcial o el retraso en el pago del IVA hasta el cobro de las facturas. Algunas de estas iniciativas ya fueron defendidas en el pasado por el Ministro de Economía y Competitividad, Luis de Guindos, por lo que no sería de extrañar que pudieran hacerse realidad en los próximos meses.