lobbying

Uno de los errores más comunes de cualquier emprendedor o empresario a la hora de enfrentarse a la Unión Europea es creerse que por tamaño, distancia o falta de visibilidad no podrá beneficiarse en nada de las potencias ayudas que allí es posible conseguir, y que resulta mejor dedicar esfuerzos y recursos a otras tareas sin duda más cercanas. Craso error: las instituciones de Bruselas ofrecen muchas oportunidades de manera cada vez más sencilla. Con algo de disciplina y constancia, es posible beneficiarse de ellas, como veremos en los artículos que dedicaremos a lo largo de esta semana.

¿Lobby mi empresa? Eso es para las grandes

Este es el primer y fatal error en el que caen muchas pymes en nuestro país. La labor de influir o modificar en decisiones que parten de un centro de poder no es algo elitista que la mayoría de las compañías no tienen capacidad para acometer. Más al contrario, los funcionarios y autoridades públicas tienen el deber de recibir a todos aquellos que así se lo soliciten de un modo abierto y transparente, que, en la Unión Europea, queda perfectamente registrado. De hecho, hasta existe un Registro de Lobbistas, al alcance de todos, para saber quién ejerce esta actividad en Bruselas.

Me costará mucho dinero, y no servirá para nada

Muy pocas empresas tienen oficinas ad hoc para ejercer las relaciones institucionales a nivel comunitario. Lo más habitual es que se integren dentro de asociaciones nacionales o europeas para la defensa de sus intereses. En la Unión Europea, la más importante desde el punto de vista corporativo es la Unice (Unión de Confederaciones Industriales y de Empresas de Europa), en la que se integran más de una treintena de federaciones de la mayoría de los países miembros. Su tarea es estar informada de todos los asuntos que interesen a sus miembros y mantener líneas de comunicación eficaces con las principales instancias europeas.

Cómo llegar a las Cámaras de Comercio

Muy sencillo. Una Asociación, Eurocámaras, agrupa a las patronales de los países comunitarios así como a aquellos integrados en la Asociación Europea de Libre Cambio AELE. Mantiene contactos a todos los niveles y participa en diversos comités consultivos de la Comisión, además de asistir como invitada a audiencias del Parlamento Europea y a sus comisiones especializadas. Trabaja en muchos ámbitos con otras patronales representativas, como el lobby de los consumidores o el de los trabajadores.

Otros lobbies de interés

Aunque en Bruselas es posible encontrar asociaciones de todo tipo, cabe destacar especialmente tres. Por un lado, el lobby de las ONGs realiza una intensa labor a favor de la ayuda al Tercer Mundo, mediante la fórmula de la cofinanciación y, sobre todo, sensibilizando a la opinión pública sobre este problema.

En segundo lugar, es especialmente importante el denominado lobby de las mujeres, que busca la igualdad en trabajos y naciones de los derechos de las mujeres, En las cuatro últimas décadas, han impulsado la aprobación de leyes europeas para fomentar la equidad en los salarios, su tratamiento dentro de la sociedad o temas relacionados con la igualdad de género.

Por último, el lobby de los consumidores, representado a través del Beuc (Bureau europeén des Unions de consommateurs), juega un papel muy activo en el seno del Comité consultivo de los consumidores, para velar y vigilar por la política comunitaria.


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