Lobbying preventivo

Aunque nos cueste creerlo, desde nuestra plataforma de negocio podemos hacer mucho ruido y llamar la atención de nuestros stakeholders (sean prescriptores, políticos o clientes) desde otros ámbitos que no sean el marketing y las relaciones públicas. Sólo basta con invertir un poco de nuestro tiempo en Networking y, sobre todo, planificar una estrategia de contactos y de aproximación a ellos adecuada a nuestro perfil como compañía.

La historia nos ha enseñado que la clave para que muchos negocios tengan éxito reside, ni más ni menos, que en la anticipación. Cualquier idea, producto o servicio, por innovador que sea, acabará saliendo al mercado de una u otra manera. Sin embargo, lo más probable es que si somos los primeros en ponerlo a la venta, logremos un nicho de negocio muy superior al resto.

Esta premisa, tan evidente como clara, no resulta, sin embargo, tan fácil de aplicar, y menos cuando hablamos de empresas grandes. Hace sólo unas semanas, por ejemplo, la Comisión Europea decidió abrir una investigación a siete clubes de fútbol españoles, entre ellos, Real Madrid y Barcelona, por recibir supuestas ayudas gubernamentales. Se trataba de un secreto a voces desde que el Bayern de Munich denunció esta situación tiempo antes, pero ninguno creyó que la sangre fuera a llegar al río.

La moraleja de todo esto es que, con que sólo estos dos poderosos equipos hubieran destinado unos mínimos recursos a contar con un equipo de profesionales en Bruselas, habrían logrado contar con mayor margen para defenderse de las acusaciones recibidas. Ahora, por el contrario, pueden enfrentarse con multas millonarias y la pérdida de gran parte del prestigio logrado en los terrenos de juego.

Apostar por el futuro

Pero, ¿podemos desde nuestra modesta pyme contar con fuentes de información y trabajo eficaces tanto a nivel nacional como europeo? Por supuesto que sí, sólo hace falta contratar los servicios de alguno de los profesionales que están experimentados en el campo de las relaciones institucionales y que ofrecen distintos packs por sus servicios según las posibilidades de cada uno de sus clientes.

No daremos nombres ni haremos recomendaciones, ya que de eso no trata este blog. Pero sí queremos hacer hincapié en que resulta fundamental delegar en alguien ese cóctel formado por la comunicación política, las relaciones públicas, la diplomacia corporativa y la estrategia empresarial. Como dice el refrán, zapatero a tus zapatos. Y qué mejor muestra de ello es que cuando salga alguna ley que afecte al futuro de nuestra empresa, nos enteremos con suficiente margen de tiempo para reaccionar y, lo que resulta quizá aún más fundamental, contar con especialistas que nos diseccionen hasta el último punto de la misma.

Es lo que, desde hace unos años, se conoce con el pomposo nombre de ‘Return of Influence’. Es decir, mejorar la reputación y la presencia de una entidad en sus esferas de stakeholders de relevancia, de tal manera que gane liderazgo y prestigio en el largo plazo. Dos parámetros que no tardarán en tener su reflejo en una mejora de la cuenta de resultados, uniendo en una misma variable algo intangible (las relaciones personales) con lo más físico de un negocio (su balance).


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