Decía Adam Smith que “el único presupuesto bueno es el presupuesto equilibrado”. Y, desde luego, tenía mucha razón. A pesar de haber iniciado hace poco un negocio o tener una facturación baja, elaborar un presupuesto será una de las mejores decisiones que podemos tomar para fomentar la buena salud de nuestra compañía. Es algo así como el diagnóstico a presente y futuro del negocio, siempre que optemos por ser cabales y objetivos.

Elaborar un presupuesto es mucho más que plantar en un papel las estimaciones de ingresos y gastos que esperamos tener. En realidad es nuestro barómetro para medir el crecimiento a corto y medio plazo de nuestra empresa. Así entendido, el presupuesto puede convertirse en el elemento más motivador y dinamizador dentro de una compañía, ya que estimula a trabajadores y accionistas a esforzarse para la consecución de resultados y, en consecuencia, alcanzar los consiguientes premios en forma de dividendo, bonus o primas.

Por ello, en un presupuesto debemos incorporar todas aquellas partidas con una influencia significativa dentro de la coyuntura de la compañía. Es decir, elementos como los pagos que realizaremos, el pago de deudas, los costes de materiales y proveedores, o los gastos corrientes, deben aparecer fielmente reflejados, sirviendo para que obtengamos la radiografía más precisa y fiel posible de a lo que podemos aspirar.

Una herramienta eficaz en la crisis

Si tuviéramos que definir en una sola frase la utilidad de preparar un presupuesto es que permite tomar decisiones encaminadas al logro de los objetivos que deseemos marcarnos. De hecho, no es otra cosa que un plan de las operaciones y recursos que tiene una empresa, y que se realiza para lograr las metas marcadas dentro de un plazo establecido.

Por supuesto, el presupuesto se expresa siempre en términos monetarios, siendo por ello una herramienta fundamental para que una empresa pueda enfrentar con solvencia los posibles problemas a futuro que puedan llegar a producirse. Es decir, es un potencial gran aliado de la start up o de la empresa pequeña para alcanzar el éxito y crecer en el largo plazo.

Evolución en el presupuesto

Para una compañía de reciente creación puede resultar algo parecido a una novela de ciencia ficción pretender preparar un presupuesto. De hecho, es complicado imaginar que un negocio con menos de un año pueda aspirar a saber qué va a ser de él más allá de un par de semanas vista. Por ello, para las nuevas empresas lo más indicado es basarse en el plan de negocio, teniendo como elemento clave la cuenta de resultados, que se vaya actualizando mes a mes, hasta obtener suficientes datos históricos.

A partir de ese primer año de vida, las entidades poseen en los datos económicos y financieros una poderosa fuente de información. Con ellos, lograrán saber con mayor claridad los gastos que tiene la empresa, basados en las experiencias pasadas. Con ellos, podrá fijarse un objetivo de contención con criterios reales y razonables.

A continuación, te damos cinco cómodos consejos para que se te quiten los miedos de cara a la elaboración de un presupuesto:

  • Actualiza mensual o trimestralmente tu patrimonio y, sobre todo, tu liquidez.
  • No te obsesiones con cumplir a rajatabla tus estimaciones. Todo son datos dinámicos.
  • Básate en la experiencia de otras compañías para obtener resultados objetivos.
  • Crea incentivos para ti, tus socios y, si tienes, empleados.
  • Guarda siempre dinero para emergencias. Ya sabes, mejor siempre ser conservador.

También puede interesarte:

  1. Logra beneficios en las redes sociales
  2. Ante la crisis…¡crece!
  3. Los primeros pasos para tu negocio online